News — At the February 11, 2022 opening of the Conference on Retroviruses and Opportunistic Infection, researchers at University of California San Diego School of Medicine presented data that suggests a new HIV outbreak in Tijuana, Mexico, driven in part by “drug tourism” unabated by the closure of the international border due to the COVID-19 pandemic.

Specifically, researchers found that the HIV incidence rate among people who use drugs (PWID) in Tijuana had risen to an unprecedented 11 per 100 person-years (P-Y), a statistical time measure that roughly translates to 11 percent per year. The HIV incidence rate for PWID in San Diego who cross the border to purchase drugs was found to be lower at 2.77 per 100 P-Y, but still high compared to the HIV incidence rate among San Diego PWID who do not cross the border, for whom the HIV incidence rate was zero.

“These rising rates occurred during a period when the U.S.-Mexico border was closed to non-essential travel (March 2020-November 2021),” said Steffanie Strathdee, PhD, associate dean of global health sciences and Harold Simon Professor in the Department of Medicine, who has been monitoring binational public health issues for more than a decade.

“They are fueled by undiminished drug tourism — people in the United States traveling to Mexico, often for extended periods, to buy and use cheaper, more accessible drugs. Obviously, viruses don’t require passports to spread and walls don’t keep out infectious disease. We need to bolster HIV prevention efforts on both sides of the border.”

Migration and mobility have long been key contributors to HIV transmission, particularly among PWID who are vulnerable to HIV. The San Ysidro Port of Entry, which separates San Diego from Tijuana, is considered the busiest land border crossing in the Western Hemisphere, processing approximately 10 million pedestrians and 15 million vehicles carrying 25 million passengers annually. It is the fourth busiest in the world.

For years, HIV incidence in Tijuana had been stable or declining, in part due to a multi-million dollar effort by the Global Fund for HIV, tuberculosis and malaria to support safe need and syringe exchange programs in the country and other public health measures; but that funding ended in 2013. Some of Mexican government funding to community-based organizations providing HIV services to marginalized populations was reduced in 2019. The emergence of the COVID-19 pandemic in 2020 diverted more resources away from HIV prevention and treatment efforts, making an already vulnerable population even more vulnerable. According to Gudelia Rangel, PhD, co-director of this study and researcher at El Colegio de la Frontera Norte and US-Mexico Border Health Commission, “It’s important to understand that public health issues like this are binational in nature. Viruses don’t stay in one place, and we need to work closely with partners on both sides of the border to find adequate resources.”

The research team includes Britt Skaathun, PhD, assistant professor; Antoine Chaillon, MD, PhD, associate professor; Annick Borquez, PhD, assistant adjunct professor; Tetyana Vasylyev, PhD, assistant professor; Irina Artamanova; Alicia Harvey-Vera, PhD; Carlos F. Vera and Brendon Woodworth, all at UC San Diego, with Caroline Ignacio, PhD, Columbia University.

The researchers said the findings underscore the urgency of restoring and expanding efforts such as mobile needle exchange programs and greater access to tailored health services providing antiviral therapies and pre-exposure prophylaxis (PrEP), medications that significantly reduces the chances of HIV infection for persons at high risk.

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Please note that a Spanish version of this release is available below.

Incidencia de VIH aumenta de manera significativa entre personas que se inyectan drogas en TijuanaInvestigadores de UC San Diego han hallado que el “turismo de drogas ha alimentado el incremento en la tasa de infección, a pesar del extensor cierre de fronteras por la pandemia de COVID-19; los hallazgos demandan medidas de prevención mejoradas en ambos lados de la frontera

En la apertura de la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas del 11 de febrero de 2022, los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California, San Diego presentaron datos que sugieren un Nuevo brote de VIH en Tijuana, México, impulsado en parte por el turismo de drogas que avanza sin tregua a pesar de las restricciones al cruce fronterizo por la pandemia de COVID-19.

Específicamente, los investigadores encontraron que la tasa de incidencia de VIH entre personas que se inyectan drogas (PQSID) en Tijuana se ha incrementado sin precedentes a un 11 por q00 personas-año (P-A), una medida estadística de tiempo que se traduce aproximadamente a un 11 por ciento por año. La tasa de incidencia de VIH para PQSID en San Diego que Cruzan la Frontera para comprar drogas fue mucho más baja en un 2.77 por 100 P-A, pero aun así elevada comparada con la tasa de incidencia de VIH en PQSID en San Diego que no cruzan la frontera con México, para quienes la tasa de incidencia de VIH es de cero.

“Estas tasas de incremento se dieron durante el periodo en que la Frontera de México-EEUU estaba restringida para viajeros no esenciales (marzo 2020-noviembre 2021),” mencionó la Dra Steffanie Strathdee, decana asociada de Ciencias de la Salud Global y Profesora Harold Simon en el Departamento de Medicina, quien ha estado monitoreando los temas de salud pública binacional por más de una década.

“Estas tasas están alimentadas por el turismo de drogas que no ha disminuido-personas de los Estados Unidos que viajan a México para comprar y consumir drogas que son más baratas y accesibles. Obviamente los virus no requieren pasaportes para diseminarse y los muros no mantienen fuera a las enfermedades infecciosas. Nosotros necesitamos apuntalar los esfuerzos de prevención de VIH en ambos lados de la Frontera.”

La migración y la movilidad han sido por largo tiempo contribuyentes claves en la transmisión del VIH, particularmente entre PQSID que son vulnerables al VIH. El Puerto de Entrada de San Ysidro, que separa San Diego de Tijuana es considerado el Puerto Terrestre más frecuentado en el Hemisferio Occidental, ya que procesa anualmente cerca de 10 millones de cruces peatonales y 15 millones de cruces vehiculares. Es el cuarto cruce fronterizo más frecuentado en el mundo.

Por años, la incidencia de VIH en Tijuana se mantuvo estable o en descenso, en parte gracias a los esfuerzos multimillonarios del Fondo Mundial para VIH, TB y Malaria que apoyó programas de intercambio de jeringas seguros en todo México y tras políticas de salud pública; sin embargo, esos fondos se acabaron en 2013. Algunos de los apoyos del gobierno mexicano para las organizaciones civiles que brindan servicios de VIH a poblaciones marginales fueron disminuidos en 2019. Con el surgimiento de la pandemia de COVID-19 en 2020 los sistemas de salud a nivel mundial redireccionaron recursos de otros programas para la atención de la pandemia. Uno de los impactos del COVID en la población vulnerable es que ahora es más vulnerable.

De acuerdo con la Dra. Gudelia Rangel, codirectora de este estudio, “es importante entender que los temas de salud pública como este son binacionales por naturaleza. Los virus no se quedan en un lugar, y necesitamos trabajar estrechamente con colaboradores a ambos lados de la Frontera para encontrar recursos adecuados.”

El equipo de investigación incluye a los Dres. Britt Skaathun, PhD, profesora asistente; Antoine Chaillon, MD, PhD, profesor asociado; Annick Borquez, PhD, profesora adjunta asistente; Tetyana Vasylyev, PhD, profesora asistente; Irina Artamanova; Alicia Harvey-Vera, PhD; Carlos F. Vera y Brendon Woodworth, todos afiliados a UC San Diego, con Caroline Ignacio, PhD, de la Universidad de Columbia y la Dra. Gudelia Rangel, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte y la Comisión de Salud Fronteriza México-Estados Unidos.

Los investigadores mencionan que los hallazgos de este estudio enfatizan la urgencia de restaurar y expandir los esfuerzos tales como los programas de intercambio de jeringas y mayor acceso a servicios de salud adaptados que brinden terapias antirretrovirales y profilaxis antes de la exposición al VIH (PrEP en inglés), medicinas que reducen significativamente las probabilidades de infección con VIH en personas en alto riesgo.